Ahora si, Dios.
Ahora sí espero que me mandes todos los fracasos del mundo, porque ahora sí me lo merezco.
Esta nueva persona en la que me convertiste, inescrupulosa, capaz de todo, merece todos los fracasos que no se merecía la anterior.
No siento culpas, en el amor y en la guerra todo está permitido.
De cualquier manera, el final está demasiado cerca y vos y yo vamos a vernos cara a cara. Tenés muchas respuestas que darme.

A veces es preferible quedarnos con la duda en la soledad antes que conocer la decepción.

Someone Like You

Los besos y las caricias no cambian lo que siento. Y lo que siento es que todo sigue siendo igual que aquella fatídica tarde en la que el trayecto que une nuestras casas se hizo más largo que nunca y sólo tenía la compañía de esta canción que me recordaba lo infeliz que era y lo feliz que eras vos con tu vida... sin mí en ella.

Extrañar todo el día a una persona para que te hable justo antes de irse a dormir y que encima se enoje porque no le das bola.

Creo que mañana va a ser la última vez que te vea en la vida.
No tengo expectativas de nada. Ni el destino, ni mi reacción, ni siquiera sobre vos. No tengo más esperanzas.
Sin embargo, aunque no tenga expectativas sobre el destino, voy a legarle todo a él. Si tiene que ser, será. Y, si no, yo hice absolutamente todo lo que estaba a mi disposición, o al menos eso creo.
Hoy, nuevamente, te suelto la mano y te dejo ir. No te prometo estar esperándote eternamente, pero sé que mientras mi cariño siga estando tibio, no voy a poder evitar el esperarte.

La cantidad de problemas psicológicos que puede llegar a tener un ser humano es inconmensurable.
Pero NO. No me vas a seguir manipulando el espíritu, nene.

YA NO MÁS.

Duró poco. Me sabotearon. 
No pude seguir. No me dejaron.
No salió como esperaba. Me interrumpieron.
No pude matar al monstruo. No me lo permitieron.
Quise cambiar. Pero no pude.
Y ahora no sé qué hacer...